¿UN BESO? , NO.

Después de Antonio, el universo me gritaba:- ¡Fluye, no te preocupes!. Lo que tenga que ser será. Vive lo que sientes porque puede que no vuelvas a tener la oportunidad. 

Ayer estuve con An todo el día. Es uno de los días más cortos que recuerdo. A parte se ser un mago en el tiempo, es capaz de hacerme competencia mental. Un perfecto rival que hacía replantearme las cosas y eso no era fácil. Soy lo más cabezota que conozco y hacerme competencia mental no estaba al alcance de todos, por eso lo valoraba tanto. Bueno y la telepatía que compartimos.

Hace un tiempo había conseguido quitarme de la cabeza cualquier conexión con An que fuera atrayente de forma romántica o sexual. Lo había conseguido, las dos últimas veces. Por encima de todo estaba esa conexión que a ambos tanto nos hacía falta, pero. El eterno "PERO", ese bazoca que bombardeaba todo lo que no estuviera en equilibrio. ¡BUUM! Pero había algo que nuevamente me había golpeando. ¿El qué? No sé. Cómo siempre, pero tenía que salir de esa visión lo antes posible. 

Quedamos para almorzar en restaurante de comida sudamericana saludable, maravilloso. ¡No sabía que la comida sin cocinar pudiera llegar a esos niveles tan deliciosos!. El primer ¡BUUM! Esos ojos al mirarme. ¡Caca gorda! ¿Por qué hoy? . Cerebro y Corazón habían ganado la batalla al miedo y a los "y si.." como equipo. Ahora la disputa era entre ellos volvía a comenzar.¡BUUM! El bazoca estaba en manos de Corazón. Cerebro estaba atrincherado, sólo podía defenderse. 

Cuando llegué a su casa para pasar el día juntos, recibí un regalo de precumpleaños. An no pudo aguantar las ganas hasta mi cumple que estabas próximo. Yo tampoco podría haberlo hecho. "El gran libro" TÚ ERES YO de Marta Salvat. Lo llevaba buscando mucho tiempo, y él lo sabía. El título era inmejorable para ser regalado por él. La dedicatoria que me hizo abrazarlo y llenarlo de besos. ¡Mierda! No iba por buen camino. ¡Así no! ¡BUUM! Intenté tomar distancia y ponerle el escudo a Cerebro contra los ¡BUUMS! 

Decidimos a ver la peli " Come, reza y ama". Nunca he escuchado tantas verdades en una película. Tengo que leerme el libro. A cada paso de la peli comentaba con An las escenas. Yo creo que no hubiera hecho falta, como siempre estabamos conectados. Durante la peli todo fue bien, no se oían ¡BUUMS! Hasta que me rozó ¡BUUUUUM!. Parecía que Corazón había comprado bazocas teledirigidos por Aliexpress . Y estaba tan cerca que le olí. El olor de un hombre era cloroformo por garrafas para el cerebro.Luego decidí que quería un poco de él. Sólo un poco. Corazón  gritaba ¡Banzai!. Me tumbé encima de su casi pecho y me acarició. Me sentía realmente bien, segura, tranquila y en equilibrio.Me encantaban sus manos, cómo me tocaba ¡BUUUUUUUUUMMMMMMMM! Corazón había mandado una bomba como la de Hiroshima.Cerebro estaba muerto. Y  Nagasaki es lo que sentía por todo mi cuerpo.

Yo le acariciaba la barriga, ni me atrevía a tocarle un centímetro más  de esos 6 centímetros  de barriguita que ya conocía por miedo a la adicción . Ese momento,  lo hubiera hecho eterno. No le pedía más a la realidad, mantener esas sensaciones lo máximo posible. Luego me levanté fui al baño  y cuando volví, preferí sentarme en mi sitio, era peligroso para mí. Yo lo sabía. Durante el último trozo de la peli, me acarició  la rodilla y luego la mano¡ Mierda a nivel dinosaurio!

La peli se acabó y fue un alivio parcial, había que preparar la cena. A Cerebro se había salvado en un búnker gracias al traje de protección nuclear. Hicimos espaguetis con atún y dátiles, una especialidad curinaria improvisada. Intenté ocuparme , haciendo mojitos, ayudándole. Pero sentirle pasar por detrás me daba casi arritmia. Hacía que mi instinto vibrara a una intensidad a que no estaba acostumbrada. Ver cómo funcionabamos juntos, me causó más revoltura. No era sólo sentirle fisicamente u hormonalmente. Hacíamos un equipazo. Mejor que las increíbles combinaciones de la serie  de dibujos de "Oliver y Benji".La última vez que sentí ese nivel de compenetración fue con Ardo. Y eso no era nada bueno. Es  que verle cocinar, sin camiseta, no ayudaba. <Dios, ¿ Por qué cocinando sin camiseta? , ¿Por qué? , apiádate de mí> Ver a un hombre ocupado sin camiseta y cocinando, era una de mis debilidades. Me llevó mismo infierno. Hasta tomé un mojito con Hitler. 

Empezamos a cenar. Nuestra charla era como siempre. Me sentía rara. Conectaba y desconectada esa parte de verle como sólo An y luego su parte de hombre.  Terminamos de cenar y para bajar los malos tragos, que aún se me acumulaban en la garganta, empezamos con el limonchelo. Salimos de la bendita cocina.Cerebro había sacado la bandera Blanca y esperaba confirmación. 

Era momento de mi pelicula favorita "Nuestros amantes". Es una película de peculiar rara que mezcla romanticismo, comedia, drama, realidad, ficción, estupideces varias y cosas brillantes. Es desgraciadamente diferente, porque hay que estar hecho de mi pasta para verla como yo. Después le dije ¿Jugamos?. 

An y yo nos habíamos conocido por WhatsApp durante el confinamiento. Todo empezó por una simple charla de la que salió mi primer comentario mental: < No me entiendo con él , incluso por unos momentos al principio me calló un poco mal. Hasta que entendí que hablabamos de lo mismo pero con distinto" idioma". Luego todo fue genial. Buenas conversaciones, salidas de tono muy agradables. Pudimos ver el "casi todo" a través de mi juego de preguntas. Eran noches donde él gastaba su insomnio y yo mis horas en disfrutar. Esa siempre ha sido los tónica que nos une. Hasta que un día dejó de escribir.

Me has costado mucho dejar de ser una persona insistente con lo que quiere. Si quiero algo, voy a por ello. Pero he aprendido a reconocer el desinterés y el amor propio a porrazos. En esa época Corazón siempre estaba morado, Cerebro lo usaba de Punching de boxeo. Al ver que An, ya no estaba, acepté que el interés no era el suficiente y lo dejé correr. Días después conocí a Alejandro y él me dijo que estaba "conociendo" a alguien más. Respeto por encima de todo la motivación de otros. Aprender a respetarla me ha ayudado a ponerme límites, hasta llegar al punto de sentir indiferencia. ¿Quién era yo , para reclamar a un desconocido su falta de interés por mí? En el caso que me hubiera importado, hubiera sido preocupante. Que te importe alguien que no conoces te tilda de persona vacía que se llena con cualquier cosa. De inestabilidad y desesperación. Y no era mi caso. Tenía claro que no volvería a ese punto nunca. Así que " ACEPTE, ME ADAPTÉ Y SEGUÍ" . Suena fácil, pero me ha costado mucho tiempo.  El no era nadie para mí, ni yo para él.  Claro y conciso. 

La tertulia en el sofá, con el limónchelo en la mano, nos tenía cerca pero separados, era un gran alivio. Y empezamos a hablar de "ella" para él. Soy tan masoca que aún habiendo otra persona para él en su vida, a mí sólo se me ocurre pensar estupideces. Siempre que algo se deja de hacer hay un motivo. En este caso a ella la sentía especial en un plano, en el que no estaba yo.

Corazón quería reafirmación, quería saber si el corazón  que él  cargaba podía  verle. Lo peor de todo es que Cerebro pensaba: ¿Qué podría ser lo peor?. Mal, muy mal había análisis de riesgo. Esto es más serio de lo que podía manejar ahora sin él cerebro a 100%. 

Los pros, eran obvios, todo lo que tenía por ganar. Los contras ¿ Qué tenía que perder?. Hasta ese momento no había sentido intensidad por An, no a los niveles que sentía latir dentro de mí. Pensaba que sí o sí lo perdería con el tiempo y que  si iba ser así, al menos quería vivir esta parte con él.

Quedarme con las ganas nunca funcionaba. Levaba horas a ver cómo podía palntearlo. 

Hasta que salió y dije: - Tengo un problema grave, quiero besarte.

*- Pues mejor guárdate el beso.Respondió. 

Era de esperar, cabía la posibilidad y así fue. La explicación fue coherente. Él no podía gestionar la carga emocional que aquello supondría. Me parecía correctísimo. Incluso creo que yo tampoco hubiera podido tal y cómo somos. Tarde unos minutos en asimilarlo , regularmente y seguimos hablando. 

Me sentía mal, porque fui egoísta,  porque aún sabiéndolo que él podía sentirse mal lo hice. Muy mal por mi parte. Culpa entraba en escena con un gran tutú rosa. Iba a ser la protagonista.Necesitaba algo más fuerte de beber. ¿Un Amareto? .Prefunté. A mi desgracia, ni efecto me hizo.

Al poco rato le pedí ir a dormir y quedarme en la cama del otro cuarto. Ojalá hubiera sido distinto.Haber disfrutado toda la noche de él, ya me daba igual la forma hubiera sido increíble. Pero la vida es como es y hay que aceptarla. 

Le escuché bajar, recoger, ducharse ¡Mierda!. A pesar que me dijo que no, Cerebro estaba demasiado imaginativo. Ahora los dos me bombardeaban. Le escuché acostarse, había una posibilidad. Pasarme de cama. Pero sólo pensaba en el bochorno emocional que supondría otro no. Demasiado para poderlo haber aguantado entera. No tenía fuerza para aguantar otro no. Dormir y pensar en otra cosa era la única solución. Pero le escuchaba hasta respirar y pensaba en cómo sería cerca de mí. ¡ Mierda y más mierda! Ya no había tamaño más grande disponible. No podía dejar de pensar que él también quería,  pero nada podía hacerme levantar. Ojalá hubiera sido más  valiente.

Conseguí dormir y desperté al día siguiente. Ojalá hubiera sido distinto pero allí estaba sola. Empecé a pensar, puede que sólo fuera el momento y que hoy todo volvería a la normalidad. Fui al baño y volví sin hacer ruido para no depertarle, pero al parecer, estaba depierto.- ¡Buenos días!. Dijo. 

¡Mierda, mierda y otra vez mierda! Yo seguía siendo la fantasía erótica de Torquemada. Su voz sonaba igual de bien que la noche. Bueno tranquilidad y autocontrol. Bajé y para desayunar preparó tortitas. 

Otra vez cocinando sin camiseta.¡ Aceite hirviendo marchando! No pude evitarlo. Lo pensé, no lo vi dañino ni para él,  ni para mí y pude evitar abracé por detrás, era  un abrazo cariñoso, nada de  durará demasiado tiempo para exceder en ternura. No quería hacerle sentir incómodo. No le sentí receptivo, era buena señal. Luego mientras el recogía la cocina, yo terminaba de hacer las últimas tortitas.

Cuando pensé que todo había pasado . En un momento de despiste metió  su cabeza entre mi hombro y mi mejilla izquierda y se quedó a mi altura. Pensé en besarlo en la mejilla, casí de zona inocente. Pero me mantuve rígida y sonreí. No me atrevía ni siquiera a eso.

Luego desayunamos, sin diferencias, a pesar de todo lo que había sucedido hablabamos como siempre, me alivió recuperar la normalidad. Pero debía salir se allí. Le dije que me vestía y me marchaba. La despedida fue un abrazo, dos besos y un gracias. Me iba alividada de que nada hubiera cambiado aunque la había cagado. No estaba mal del todo. Retome curso de mi vida y a seguir con ella. Él era más que ese, no, él sólo se puede definir como él. Como un cerebro en dos cuerpos. 


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