ESE ERA MI FALLO

He empezado a conocer gente nueva de nuevo. Me ha costado tres semanas aceptar que Alejandro no era el adecuado para mi vida. Lo habíamos intentado,bueno, más bien...LO había intentado ,durante 2 meses. Me había dejado la piel y lo había intentado todo, con alma y cerebro. Pero finalmente me di cuenta, que a pesar de lo que dice la gente "el amor todo lo puede" .El amor es mas como un vale que te dan al devolver algo en una tienda por no devolverte el dinero. No te devuelven lo que das, sino una herramienta para conseguir otra cosa. Y así es la vida, te da herramientas. 

Hace poco hablaba con Lala, mi compañera de piso, sobre esa mochila que todos cargamos . Para mí más que piedras de malas experiencias, son herramientas que nos ayudarán a gestionar problemas futuros.

No sé por qué siempre he tenido la estúpida idea de que el nombre del hombre de mi vida empezará por "A".Creo que la mitad de las cagadas de mi vida han sido por autosugestionarme y creer que el universo me hablaba. ¡Bueno aún así sigo creyendo! ¡Cabezota de mí! . Lo que he llegado a la conclusión de que no hablamos de mismo idioma. 

Hace unos días conocí a Alex.Un hombre interesante de 43 años, venezolano¿ Cómo no? Y digo esto porque Alejandro también lo era ... si esto fuera suerte... yo ya me hubiera ganado la Euromillón. Y es que en mis cuatro últimas citas ,dos de ellos eran venezolanos y pienso..<¿ El universo me estará intentando decir algo?>. Definitivamente debería de comprarme el diccionario. 

Quedamos para lo más normal, un café en Ikea,que termino siendo un helado del McDonald's y finalmente fuimos al Burger King a cenar unas hamburguesas. Pasamos desde las 8 hasta las 12 de la noche hablando, bueno yo hablando y el escuchando. Me había hecho sentir súper a gusto conmigo misma, con mis pensamientos, mi forma de ver el mundo, incluso mis quebraderos mentales .Pero en cuanto a él, no sabía siquiera qué tipo de personalidad tenía. Otro hombre hermético... a este paso, ¡Voy a hacer una colección de tuppers! No me gusta estar sacando a la gente las palabras con sacacorchos. Me gusta el vino, pero no tanto. 

Llegaron las 12, cerrado en el Burger King, me acompaña el coche, nos dimos dos besos, en las mejillas y cada uno para su casa. Después por whatsapp empezamos a hablar de lo que nos había parecido la cita y de lo que nos habíamos sentido. 

Bueno como no llegó el momento de ser sincera, pero políticamente correcta, como siempre. Nunca me ha gustado hacer daño aunque fuera con la verdad. Además que creo que ya hay demasiada infelicidad en el mundo para aportar la mía con un mal comentario. Eso sí directa ,sencilla y honesta. -Me me has hecho sentir súper bien, pero no he tenido ni la mas mínimamente posibilidad de conocerte. Era su forma de ser. Me argumentó . 

¿Quién era yo para cuestionar la forma de ser de alguien? Me parecía irrespetuoso e inmaduro. Irrespetuoso porque tengo que respetar que todos somos diferentes. 

El otro día leí blog de An, estaba realmente orgullosa de como había conseguido cambiar tanto su forma de percibir a la gente y le dediqué este párrafo "No des el beneficio de la duda, sino el de la diferencia, ese beneficio que te hace comprender que otros tienen el derecho a ser diferente a ti por razones tan válidas como las tuyas" 

La falta de madurez no te permite ver que esas diferencias son algo positivo, que te permiten crecer alcazar templanza y abrir mentalidad. 

Él tampoco estaba conforme por lo visto con la primera cita, no había sido del todo de su grado, el por qué ...:-Purpurina, creo que eres demasiado mujer para mí. Lo que para muchas puede ser un halago, para mí era un cacahuete rancio. Estaba harta de comer cacahuetes rancios. 

Era la típica frase,¡Otra vez!. Patada directa a mi ego. Y es que siempre que alguien  me interesa y creo que hay posibilidades, todo termina con la dichosa frase. Ese era mi fallo. Ser demasiado mujer. 

A riesgo de parecer una ególatra, sabía que parcialmente tenía razón. No era una mujer accesible. Independiente, con ideas claras, culta, guapa y con carrera, que no necesita nada de nadie. Ese es el miedo de todo hombre, que una mujer no lo necesite, simplemente lo quiera. 

Lo entiendo, es mucho trabajo deslumbrar a un sol. Pero a mí las linternas me sobran.

Otro capítulo más, otra oportunidad menos y el Euromillón sin tocarme...