LA ARENA DEL RELOJ
¡La bida e bella! Llevo unos días se tranquilidad interior máxima. Buda estaría orgulloso de mí. La diferencia entre Buda y yo es que él está en su Nirvana y yo estoy mi parada favorita. Mi infierno latino. Aunque últimamente no tengo ni infierno ,ni latino,ni agujeros divertidos acupados, pero si fluyo. Además rematadamente bien.
Sigo sintiéndome fuerte psico-emocionalmente hablando y eso me ayuda a ser como soy sin demasiados filtros. Ahora todo se debate entre vivir lo que me apetece o no. Y en su mayoría lo voy haciendo. Pero, cómo siempre hay alguna pega. Una vida no puede ser perfecta, sólo, ser vida. Así que siempre hay algo descolocado. Y como buena virgo me altera la paciencia las carencias de perfección absoluta.
Hace unos días empecé a reexaminar, no sé si por 1437° vez( ni idea de cómo se escribe en número) los sentimientos que tuve por Alejandro. Ahora, un mes después no sé si estuve enamorada o si ese es mi nivel emocional normal en casos especiales. Y digo especiales, porque mi última relación no llegó a ese nivel. Es verdad que Afran nunca fue muy sobresaliente en nada. Yo sabía perfectamente que él y yo no teníamos nada en común para hacer camino. Pero yo venía destruida de Ardo y sus ganas ganaron mi alma.Un año después la perdió. Pero fue una buena partida a la ruleta.
Ayer conocí a un hombre intersante, Avid. Era un hombre atento, dado, buen conversador sin llegar a "gran". Pasamos el día dando unas cuantas vueltas de aquí allá. Era mi tipo alto, moreno, ojos verdes y barba. Con mirada de niño inocente y sonrisa abierta. Pude intuir la ternura que llevaba dentro y el cariño que era capaz de dar. Cabía la posibilidad en un cincuenta por ciento de que me pudiese gustar. Era como jugar con un REVÓLVER SMITH & WESSON M686 4" .No sabes Cuándo la bala taladraría mi cabeza. Me la estaba jugando.
Nos unían muchas cosas eramos dos forasteros en tierra prestada, con recuerdos compartidos y con convicciones muy parecidas. Fui a la oficina de urbanismo... a echar un ojo. El dragón casi me arranca un brazo. -Mejor vuelvo en otro momento-.
Es verdad, me lo había prometido, no volvería a besar ranas con la esperanza de que convirtieran el príncipes. Y exactamente era mi instinto de Pocahontas lo que me había llevado hasta aquí, pero... ¿Ahora qué?
Es curioso como una etiqueta, esta de " patito feo" autoimpuesta era capaz de condicionarme el comportamiento. Y me pregunto ¿Cuántas veces he sido yo de forma genuina y cuántas otras me ha condicionado una etiqueta? Ahora entendía perfectamente cómo se sentía un bolso de Gucci original y uno imitación del chino.
La etiquetas dan poder o lo quitan. Si durante toda tu vida tu entorno te ha puesto etiquetas positivas o tú te las has ido poniendo, por autoestima, autoconcepto o autoeficacia. Era más fácil vivir. Lo peor que te puede pasar es que no sean reales y el palazo se la relidad te regulen. Pero siempre tendrás un base positiva para empezar cualquier cosa.
En el caso de una etiqueta negativa, todo se hace mucho más difícil. Intentar quitartela o cambiarla es un ejercicio a veces sobrehumano que requiere de experiencias extremas o de mucha terapia. Y eso no siempre se da.
Fuera de si somos: más algodón o poliester;más licra que lino. Siempre hay algo que debo de tener en cuenta para el futuro. Y es que, apesar de las etiquetas hay que encontrar el equilibrio para ser feliz. Así que más Catwoman ( hacer lo que hace falta hacer sin caer en la maldad) y menos Cenicienta ( Sumisa y dependiente).
op
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