¿CÓMO FLUIR?

Fluir. La gran asignatura pendiente que tengo con el universo. Eso que los hindúes llaman Brahma. Es de dónde venimos y a dónde vamos cuando ya no estamos vivos. 

Mi pregunta es ¿Puede que las leyes que gobiernan mi desequilibrio emocional sea la indicadas? Es decir, siento de una manera y no hacer caso a cómo siento sería no fluir. Puede que ahí esté mi fallo. Siempre intento hacer las cosas bien y controlar mi intensidad, pero al fin y al cabo la persona que termine conmigo deberá de entender que soy como soy gracias a lo que siento.Así que, fluir es sinónimo de instinto. Y mi intendidad emocional es totalmente instintiva, por lo tanto, cada vez que decía las cosas sin filtro estaba fluyendo. Era como volver a los 20 años. Esa sensación me encantaba. Pero no puedo ir pateando lo que no me gusta. Porque tarde o temprano recibiré una patada. Así que fluir sí, pero sin perder la empatía. 

Sólo ha habido una vez en mi vida que he podido estar con alguien y fluir a nivel de no me importa si mañana no me vuelve a llamar. Él me gustaba, no al nivel de Alejandro o de Ardo, pero sí me gustaba, estaba a gusto con él y estaba bien. Aniel era lo que se dice buen conversador y con un físico bastante de mi gusto. Me hablaba por WhatsApp de vez en cuando y salíamos a cenar o simplemente a conducir y charlar y normalmente terminaba en sexo. Cero ansiedad, cero expectativas, sólo fluir, cuando se marchó de mi vida por un conflicto entre nosotros, lo acepté y lo olvidé. Esto siempre he creído que he podido hacerlo porque él no me gustaba lo suficiente. 

Con Antonio no podía. Es verdad que mandarle la bomba de purpurina( (entiéndase bomba como 100% natural y 0 filtros) para saber de qué estaba hecho y no fue la mejor opción, porque terminé sintiéndome culpable. Sólo por ser como soy y sentir como siento. Él no era adecuado para mí aunque yo lo intentara. En mi versión de scooby-doo ,al fantasma que daba miedo se desmantelaba con una buena bomba de purpurina y luego  se esperaba para  ver los resultados.

Hoy quedé con Antonio. Quedamos después de su trabajo, como siempre con decisiones a última hora. Odio las decisiones de último momento y los cambio de planes. Me hacen estar incómoda. Cuando yo voy a algún lado sopeso qué ponerme en función de estar a gusto y ser lo más práctica posible. Y esos cambios a veces no me permiten estar a gusto o tener que dejar de hacer algo que quiero porque debo de marcharme. Pues así fue, estaba terminando unas cosas en el ordenador y recibo el mensaje :- Puede que no llegué a la hora. Menos mal que ya estaba preparada y sólo tenía que salir por la puerta en cuanto me dijera que estaba saliendo.

No sirvo para ser alguien con el que pasas el tiempo, yo soy de las personas a las que tienes que buscar tiempo. Lo sé soy una mujer exigente. Por eso mismo no han funcionado los " intentos" que he tenido, si no hacían el esfuerzo de darme tiempo de su vida, estaba claro, no valía lo suficiente para ellos y debía abandonar cualquier idea de tomarme eso en serio. Hay una frase que me encanta "PIDO LO QUE CREO QUE MEREZCO" ni más de lo que soy ni menos. 

Pido alguien como yo que dé  de sí mismo para conseguir lo que quiere. Que se le note el esfuerzo. Siendo realistas, pido muchísimo, porque mis actitudes, aptitudes y valores, no son lo común para los tiempos que corren. Por eso mismo, si busco alguien parecido me va a costar encontrarlo. En cuanto a gustos, los hábitos, son secundarios. Normalmente se aprende más de lo que se pierde. Siempre y cuando ninguno de esos hábitos o gustos, entren en conflicto con mis límites personales. Soy consciente que esto tiene más de pócima alquímica para convertir materiales en oro, que posibilidades reales. Pero una druida siempre será  una druida. Intentando e intentando la pócima perfecta, esperando a que la próxima  sea la definitiva. Ahora que lo pienso,  normal que se extinguiran los druidas.

Hoy ni tuvo la amabilidad de venirme a buscar a casa, la diferencia eran 5 minutos del lugar de encuentro, aunque valoré más que viniera después de trabajar y viniera a la zona en la que vivo. Luego, fuimos a dar un paseo por la playa. El tema de conversación era: ¿Qué tal el día?¿Qué me cuentas? Le conté mi día. Mientras algo iba mal, lo notaba, no me apetecía ni que me agarrara para caminar. ¿Y esta lejanía elegida que sentía,por qué? Bueno seguimos charlando. La conversación no era de mi interés. Intentaba prestar atención y mostrar interés, pero, ¡Uff! Estaba incómoda. 

Nos paramos en un parque y nos besábamos, aquello sí me gustaba. Con el frío decidimos ir a cenar a un sitio cerrado. Y le hice mi pregunta favorita ¿JUGAMOS? Me encanta jugar y más con alguien que me importaba. Lo primero que percibo es la actitud ante el juego. Unos dudan, otros se sienten inseguros, otros sienten curiosidad y otros desconfían.
-¿A qué vamos a jugar? .Preguntó desconfiado.
-Elige una pregunta del 1 al 151. Respondí con cara de pícara. - ¡Ahh ese juego! Sintió alivio.

Él y yo ya habíamos jugado mientras nos conocíamos en cuarentena. Es la mejor manera de conocer a alguien. Jugando. Empecé a preguntar y con cada respuesta pensaba: <¡ Oh, oh!>. ¡Fallo en Matrix! ¡La matriz se desintegra¡. Me sentí aliviada. ¡No me gusta! Pero, ¿Por qué entonces ese nerviosismo? Ahora lo sabía ¡Era atracción sexual! ¡Ahora todo era mucho más sencillo! Después de haberle despojado de todo lo importante, ahora me sentía por fin estable. No tenía que gestionar nada, porque no había nada que gestionar,  sólo sentir. Era sólo sexo. Y de otra cosa no sabré, pero el instinto sexual era muy fácil para mí. 

Fuimos a comer un helado cerca del mar, nos besamos y menos mal que estabamos en público. Fue intencionado, sabía lo que había entre ambos y ahora que él no me imoortaba de forma emocional lo demás era disfrutar y fluir . 

Ojalá los sentimiento fueran así. Y llegó la propuesta. Bájate mañana a casa y pasamos la noche. <¡Ajam! ¡Lo intuía y acerté!>.  Ya podía aceptar sin ningún tipo de condicionamiento , ni que nada me importase si salía mal. -Lo vamos mirando. Le contesté . 

Cuando llegué a casa, hablé con An, me sentía liberada, me sentía yo de nuevo. El por qué, porque las apacidades de Antonio no eran adecuadas para mí. Éramos diferentes no puestos, opuestísimos. ¿Por qué no me di cuenta antes? Creo que estaba demasiado nerviosa por la expectación, el pasado y las expectativas. Menos mal que ya no quedaba niguna de ellas. 

Hay decisiones sopesadas y no sopesadas. Una es pensar otra es fluir. Esta era de las no sopesadas, me encontré con ella por eliminación. Sé que suena mal, fluir por eliminación. Estaba peor de lo que esperaba. Entre lo que intento aprender y lo que intento gestionar, pero tampoco tendría gracia la vida sin ello ,¿No?


Comentarios

Entradas populares de este blog

DEL ESTRÉS AL SEXO

¡MUERTA! ¡AL INFIERNO LATINO!¡

¿POR QUÉ SOY ASÍ?